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Suzuki desembarca oficialmente al Fronx en Chile

por Joaquín Navarro

El Fronx es el nuevo caballito de batalla de Suzuki. Está hecho sobre los cimientos del exitoso Baleno, aunque con una estética propia y el tren motriz microhíbrido más accesible del mercado chileno. Aparte de eso, pudimos comprobar que comparte la mayoría de sus virtudes en el lanzamiento nacional en el sur de Chile. Esto es lo que aprendimos de este pequeño nuevo SUV.

El Fronx había tenido una breve y escueta presentación en la Experiencia-E, pero la marca apenas liberó un par de datos técnicos en esa instancia. Eso fue nada más que un adelanto a propósito de su apellido “Hybrid”. La parte más jugosa de la información estaba reservada para este lanzamiento en Puerto Varas, tierra de volcanes y del Lago Llanquihue donde pudimos hacer una toma contacto.

El gen más importante que comparten el Baleno y el Fronx es su plataforma Heartec. Aunque esta también da vida al Swift, Gran Vitara, XL7 y otros, en este par el chasis es esencialmente el mismo. De hecho, miden casi lo mismo: 3,99 metros de largo, 2,52 metros entre ejes, 1,76 metros de ancho y 1,55 metros de alto. Donde más se nota alguna diferencia es en su altura, especialmente en sus 17 centímetros de altura libre al suelo, dos más que el Baleno.

Otra cosa es hablar de estética, ya que aquí Suzuki jugó cartas más pesadas en este Fronx, pues en este segmento la personalidad tiene un rol mucho más protagónico. Este pequeño toma las matrices de diseño de sus hermanos mayores. Usa una parrilla prominente con una rica dimensión de profundidad; sus faros obedecen a la ley de la moda y separa las unidades diurnas de las principales. Con esto se marca también una mirada de seis elementos lumínicos que serán difíciles de confundir entre su competencia.

Al darle la vuelta se encuentra otra tendencia: la luz de freno transversal. Sobre ella hay una luneta trasera más chata que la del Baleno, lo que, lógicamente, repercute en la visibilidad. Lo demás son molduras plásticas en los pasos de ruedas, zonas contrastantes en los parachoques y llantas de 17 pulgadas negras o bitono.

Si el juicio fuera exclusivamente estético, el Fronx tiene su propia identidad. Sin embargo, Suzuki no arriesgó en el habitáculo y mejoró un par de detalles de lo que ya había hecho bien. Es un esquema sencillo y perfectamente funcional: una pantalla central de 7 o 9 pulgadas a una buena altura y mandos físicos donde corresponde. El cuadro de instrumentos sigue siendo mixto entre relojes y una pantalla, pero lo respalda un generoso head-up display.

Este es uno de los buenos toques de equipamiento del Fronx. ¿Cuáles son los otros? Seis bolsas de aire de serie, frenos con ABS y control de estabilidad, asistente de salida en pendientes, cámaras 360 con vista cenital, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, control de velocidad crucero y climatizador automático con ventilas para los asientos traseros, entre otros. También puede equipar cargador inalámbrico, pero su gestión térmica no fue la mejor en las unidades que manejamos. Sin embargo, esto lo revisaremos cuando probemos el auto para la prueba de manejo en nuestro canal de YouTube.

El vano motor de este auto esconde buena parte de sus atributos. Lo primero es su motor a gasolina de 95 octanos que saca 102 hp y 137 Nm de sus 1.5 litros. No tiene turbo y las cifras lo acusan, pero sí tiene la asistencia de un pequeño motor de 12V en el alternador que hace las veces de motor de arranque. Este puede desarrollar hasta 50 Nm de par que asisten al K15C cuando está levantando las revoluciones desde el ralentí. Esto es lo que lo hace microhíbrido.

El espacio para pasajeros es bueno y su maletero alcanza los 314 litros.

Estos aditamentos no se perciben en las prestaciones del tren motriz, sino en su eficiencia. Gracias a la ayuda eléctrica y a la inyección dual-jet (dos inyectores por cilindro), el Fronx fue capaz de rendir hasta 20 km/l en nuestras manos al recorrer caminos interurbanos. Según el Ministerio de Transportes, su consumo alcanzaría los 16,7 km/l en ciudad, 21,3 km/l en carretera y 19,2 en la mixtura de ambos.

Fue una sorpresa descubrir que la alternativa de transmisión automática es de 6 velocidades y no de 4, como ocurre en el Baleno. El consumo que reportamos corresponde a esta mecánica, la que además dejó una muy buena primera impresión. Es rápida, suave, obediente e inteligente. Pese a que es casi un kilómetro por litro menos eficiente en carretera que la caja manual de cinco marchas, ofrece un grado extra de facilidad en la conducción.

Suzuki trae el Fronx a Chile en dos niveles de equipamiento, GL y GLX, cada uno compatible con ambas transmisiones. Es decir, son cuatro versiones, cuyos precios empiezan en $14.590.000 y culminan en $17.590.000. Resulta económicamente interesante que la versión GL automática y la GLX manual tengan la misma etiqueta de $16.090.000. Estos números son previos a bonificaciones por financiamiento.

¿Qué preferirías tú: equipamiento base con caja automática o la versión más completa con caja manual? ¡Te leemos en los comentarios!

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