Parecía que Mercedes-Benz se había resignado a dejar morir las variantes de dos puertas del Clase C y E, pero realmente estaba trabajando en esto. El elegante y deportivo CLE llenará ese espacio, tanto en cuerpo de coupé como cabriolet, y lo hará con motores a combustión interna de hasta seis cilindros. Por supuesto, el abanico luego se abrirá con versiones híbridas enchufables y otras entrenadas por AMG.
Para fabricantes como Mercedes-Benz, presentar un coupé completamente nuevo es algo así como nadar contra la corriente, debido a que es un tipo de auto que lleva años vendiéndose cada vez menos. Ahí el porqué no hacer dos coupés separados para la Clase C y E. Sin embargo, aunque haya demorado un poco más, se aunaron las fuerzas de ambos proyectos para dar con un lujoso dos puertas al uso, de esos todos nos hemos volteado a mirar alguna vez cuando pasan por la carretera.
Este nuevo CLE recuerda al ejercicio que hizo la misma marca hace dos décadas hace 25 años con el CLK, es decir, un punto medio entre ambos modelos, aunque más cercano al Clase E. En este caso la estética tiene una expresión más familiar a la mirada desafiante mirada del Clase C, aunque las proporciones de su cuerpo son más elongadas.
Con 4,83 metros de largo, es ocho centímetros más largo que el sedán menor, los que están principalmente entre el habitáculo y el parachoques delantero. Hace notar que debajo del capó eventualmente lleva más de cuatro cilindros, pero no lo hace de forma grosera. Tiene una parrilla llena de puntos brillantes, aros de hasta 20 pulgadas, rasgos marcadísimos y aun así no transgrede la limpieza. Su presencia será evidente, mas no invasiva.

Al abrir las puertas, sus ventanas quedan desnudas, sin marco, y generan un portal hacia un interior que, casi en contraposición a su exterior, es sumamente técnico. Este diseño es una herencia directa de la Clase C, salvo por un par de detalles en el recubrimiento de las puertas. Aunque todo está angulado en 6° hacia el puesto de conducción, el ánimo y la atención, sin duda, giran en torno a las enormes pantallas del sistema MBUX. Cómo no, si son nada menos que 12,3 y 11,9 pulgadas para el infoentretenimiento y el cuadro de instrumentos, respectivamente.
Las butacas son específicas para el CLE y pueden incluir dos altavoces en cada reposacabezas si se equipa el sistema de sonido Burmester 3D con 16 canales y 710 vatios. A esa experiencia se suma la iluminación ambiental de 64 colores, las tapicerías de cuero con tintes vegetales en tonos beige, blanco, negro, café o rojo, y los insertos ornamentales de aluminio, fibra de carbono o maderas de nogal, tilo o un enchapado de madera negra cercana a la acacia.

Su sofisticado chasis, desarrollado sobre la misma plataforma MRA de los Clase C y E, rueda 15 milímetros más bajo de suspensiones que los sedanes para bajar su centro de gravedad. Al igual que los dos modelos de los que surge su concepto, usa un esquema de suspensión delantera de doble horquilla superpuesta y un sistema multibrazo en el tren trasero.
Hay dos opcionales importantes en este ámbito. Uno son los amortiguadores de paso variable que, junto al programa Dynamic Body Control, puede ajustar las propiedades de compresión y extensión de cada rueda individualmente.

El otro es el tren trasero direccional de 2,5° de giro. Al circular sobre los 60 km/h, este gira solidario a la dirección opuesta a las ruedas delanteras para aumentar la estabilidad en curvas. Bajo esa velocidad las ruedas rotan en dirección opuesta para favorecer la agilidad y reducir en medio metro el diámetro de la mínima circunferencia.
Los motores del CLE, por ahora, son todos microhíbridos de combustión interna y todos irán acoplados a una transmisión automática de nueve velocidades con convertidor de par. Casi todos los modelos usan bloques de dos litros con un turbocompresor. En el caso del único turbodiesel de la gama (OM 654 M), el CLE 220d, su turbo es de geometría variable, lo que sirve para entregar hasta 200 hp y 440 Nm. Su consumo combinado es de hasta 21,2 km/l, según la homologación WLTP.
Luego viene el CLE 200 alimentado por gasolina (M 254) que, cuando la mezcla con aire, puede generar 204 hp y 320 Nm. Esta potencia la envía al eje trasero o, si se pide con tracción 4MATIC, a ambos ejes. Su consumo combinado ronda los 15 km/l.
Con un par de ajustes al mismo motor, el CLE 300 eleva estos números a 258 hp y 400 Nm. Esta variante monta de serie el sistema 4MATIC, con lo que hace el 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, contra los 7,5 segundos que marcan las otras variantes descritas. Su consumo se elevaría hasta los 14,2 km/l.

El propulsor más poderoso anunciado en el lanzamiento es el CLE 450 4MATIC. Lleva bajo el capó un motor de seis cilindros en línea con un turbo de doble entrada (M 256 M) que ofrece hasta 381 hp y un torque de 500 Nm. El cronómetro se detiene en 4,4 segundos cuando el velocímetro llega a los 100 km/h desde el reposo. En la teoría WLTP, podría rendir hasta 13,2 kilómetros por litro si se quisiera.
¿Y el CLE Cabriolet? Fue anunciado y destapado junto al coupé, pero sus características técnicas todavía se mantienen en secreto. Lo evidente es que, al igual que los dos modelos que remplazará, vestirá un techo de lona y mantendrá —testimonialmente, creemos—dos asientos traseros. Sus opciones mecánicas seguramente serán algunas de las recién mencionadas, si no todas.
Las primeras unidades serán entregadas en el mercado europeo en noviembre, aunque aún no hay una política de precios definida. Su posible llegada a países en Latinoamérica sería, con seguridad, durante el próximo año.
Y tú, ¿te voltearías la ver un Mercedes-Benz CLE pasar a tu lado? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!
